La historia y tradiciones de Melinka


 

En los extensos parajes de la Patagonia chilena y al norte de la región de Aysén, se encuentra la localidad de Melinka. Este pequeño poblado de alrededor de 1500 habitantes está situado en el extremo norte del archipiélago de las Guaitecas, específicamente en la Isla Ascensión. Su principal característica es mantener un estilo de vida fiel a sus tradiciones, convirtiéndolo en un lugar que sin duda vale la pena explorar.  

Fundada en 1869 por el inmigrante ruso Felipe Westhoff, Melinka es la localidad más antigua de la región de Aysén. Según testimonios de exploradores españoles de la época colonial, también es la tierra ancestral de los Chonos. Este pueblo de nómadas navegantes vivía de la pesca, recolección y caza submarina en las islas y canales australes.

Melinka es un vocablo ruso que significa “queridita” y es el nombre que Westhoff escogió para bautizar el pequeño puerto que en esa época estaba dedicado al comercio de la madera de ciprés. Ambas tradiciones, la de los pueblos navegantes y la de la extracción maderera-, conviven y se mantienen hasta el día de hoy.

 

Las Guaitecas, un lugar por explorar

 

La flora de las islas del archipiélago de las Guaitecas se caracteriza por ser una combinación de tundra húmeda y centenarios bosques de ciprés. No lejos de sus costas, es posible avistar cada verano ballenas azules y jorobadas reuniéndose con sus crías en busca de alimentación.

Hoy en día, este es el único lugar del mundo en donde es posible ver la reunión de estas dos especies de cetáceos que con dificultad sobrevivieron a la época de la caza de ballenas. Además de las especies mencionadas, también se pueden ver delfines, lobos marinos, pingüinos de Magallanes, petreles, cormoranes y diversas especies de gaviotas.

En Melinka existe una gran variedad de productos del mar y toda una tradición culinaria basada en ellos. Algunos de los principales platos típicos de la isla son el curanto, la sierra al palo y los mariscos ahumados. Las papas chilotas –clásico acompañamiento del tradicional curanto-, se han adaptado muy bien al clima del archipiélago y se cultivan extensamente.

Por otra parte, aún se mantienen algunas formas tradicionales –heredadas de los pueblos nómadas originarios de la zona- de preservar los alimentos. La principal de estas tradiciones es el ahumado de pescados y mariscos como cholgas y choritos. Además de lo anterior, es posible encontrar centolla, salmón, róbalo, piures, machas y choros zapatos.

 

La artesanía y la tradición del ciprés

 

En cuanto a la artesanía, destaca el tejido del junquillo aplicado a la cestería y objetos ornamentales. Los Chonos también utilizaban esta fibra para hacer sus chozas sobre los conchales. Por otra parte, se trabaja principalmente con la madera de ciprés, utilizada en la denominada “carpintería de ribera”, esto para la elaboración de embarcaciones aptas para navegar en los canales australes.

La confección de tejuelas es otro de los importantes oficios asociados a la tala del ciprés. Con esta madera de fragante aroma y gran resistencia a las inclemencias del clima local se elaboran estas delgadas láminas que tradicionalmente se han utilizado para recubrir y proteger las casas de la zona.

Viajar al archipiélago de las Guaitecas y pasar por Melinka es volver a una forma de vida tradicional junto con la posibilidad de disfrutar de una naturaleza que en la actualidad existe en muy pocas partes del mundo. Sin duda, un privilegio para todos los que visitan la Patagonia chilena.