8 especialidades culinarias de la Patagonia chilena


Ríos, cascadas, glaciares, fiordos y montañas acarician la vista de cientos de turistas que mes a mes se deciden por la Patagonia chilena. Aunque lo dudamos, tan bella propuesta quizás no termina de convencer a algunos para emprender este viaje. Para ellos y para los amantes de la buena mesa en general, presentamos a continuación buenas razones para visitar las maravillosas tierras australes: distintos protagonistas de la gastronomía de la Patagonia que, de seguro, conquistarán hasta el paladar más exigente.

 

Asado al palo

 

Es la preparación patagónica por excelencia. Consiste en cocinar un cordero entero atravesado por una espada de fierro al calor de una fogata de leña. El proceso demora entre 4 y 6 horas, tiempo que los comensales aprovechan para compartir una buena conversación con una copa de vino en mano, todo al calor de la fogata y con la belleza del paisaje como marco de fondo.

El cordero patagónico destaca por su alta calidad que se traduce en una textura tierna y un delicioso sabor, todo gracias a la geografía y clima del sur de Chile. Por ello, la ganadería es una de las actividades más importantes de la región magallánica con productos que cuentan con reconocimiento a nivel internacional.

 

Centolla magallánica

 

De incomparable sabor, la centolla magallánica es considerada un lujo culinario porque puede alcanzar un exorbitante precio. Eso sí, en la región de Magallanes es bastante más accesible que en otras partes del mundo.

Para asegurar su conservación, tiene un período de veda que abarca los meses comprendidos entre diciembre y junio.

Es muy apetecida en países como Estados Unidos, Holanda, Bélgica, Alemania, Francia, España e Italia.

 

Guanaco patagónico

 

De carne baja en grasas y muy sabrosa, el guanaco es una de las últimas estrellas de la gastronomía patagónica. Se cocina principalmente asado o a la olla, aunque también queda muy bien en carpaccio.

Su origen en la cocina se remonta a la tradición mapuche, pueblo originario del territorio que hoy es Chile.

 

Trucha patagónica

 

Habitante de los ríos y lagos de la zona, la trucha es un pez de agua fría muy apetecido que resalta en los menús de restaurantes y hoteles patagónicos.

Se suele aliñar con ingredientes como sal, hierbas como el perejil y romero, aceite de oliva y pimienta.

 

Salmón a lo pobre

 

Todo un clásico de la zona para saciar hasta el estómago más exigente. El salmón es un pez familiar de la trucha que se acompaña en esta preparación con papas a la francesa, cebolla caramelizada y huevos fritos. De verdad que nadie se debería ir de la Patagonia sin antes haber probado este típico plato.

 

Curanto

 

Oriundo de la isla de Chiloé, este plato resalta por la forma en la que se cocina: en un hoyo con piedras calientes se ponen mariscos, longaniza, pollo y papa. Estos se envuelven con hojas de árboles y se dejan “enterrados” por aproximadamente unas 4 horas hasta que esté todo cocido. Una experiencia gastronómica única e incomparable.

 

Paila Marina

 

Otro clásico de la gastronomía chilena y patagónica. Como se aprecia en el nombre, está compuesta por ingredientes marinos que forman una especie de sopa en la que resaltan choritos, almejas, camarones, anillos de calamar, pulpo, machas y ostiones, todos acompañados por un pescado firme como el congrio.

Lo tradicional es servirla en una fuente de greda para conservar mejor el calor. Es un plato extremadamente relajante: se aconseja tomar una siesta como postre o bajativo.

 

Jabalí

 

Si bien el jabalí no es original de la Patagonia chilena, las condiciones climáticas han ayudado a que se reproduzca de manera exitosa en tierras sureñas. Actualmente es protagonista de variadas recetas, gracias a su versatilidad y lo magro de su carne.

Se suele acompañar de salsas para añadirle aún más humedad y sabor. También se complementa con vegetales tales como el pimentón, zanahoria, cebolla y tomate, además de típicos aliños como lo son el ajo, la sal y la pimienta.

Este breve recorrido por la cocina del fin del mundo nos aporta así una sabrosa razón para visitar la Patagonia chilena. Porque no hay como recorrer los bellos lugares naturales y pintorescos pueblos de este lugar con la energía y el sabor que nos entrega su apetecida tradición culinaria.

es