¿Por qué los fiordos chilenos son tan particulares?


Los fiordos son valles profundos provocados por deshielo glaciar y ocupados por aguas gélidas. Su aislamiento, clima extremo e intrincada geografía han contribuido para formar ecosistemas sumamente activos.

En ellos, se lleva a cabo un importante intercambio de materia y energía que ha despertado el interés científico desde hace años. Diversos estudios han descubierto que los fiordos tienen mayor capacidad para almacenar CO2 que la que poseen los mares comunes. Este gas puede pasar millones de años atrapado en sus aguas en lugar de ser liberado a la atmósfera.

En los fiordos cercanos a ríos caudalosos y a causa del deshielo en verano, se crea una capa de aguas salobres, por lo que pueden llegar a coexistir dos ecosistemas distintos, el de agua semi-dulce en la superficie y agua salada en las profundidades. Durante el invierno, los dos tipos de agua se mezclan.

 

Los fiordos chilenos

 

En la Patagonia chilena, en una zona conocida como Ecorregión Marina Chiloense, se encuentra una extensa área de fiordos que albergan ecosistemas únicos en el mundo. Esta región es una pieza clave para la conservación, ya que es hogar de una gran variedad de mamíferos marinos, aves y corales, además de generar el alimento del animal más grande del planeta: la ballena azul.

Debido a su origen por deshielo, los fiordos suelen ser bastante profundos. En Chile se localiza el tercer fiordo más profundo del planeta en el Canal Messier, con 1,288 metros.

 

Zona de interés científico

 

Estas cordilleras hundidas en el mar, además de atraer visitantes por su gran belleza, resultan muy atractivas para quienes gustan del turismo científico.

Algunos de los estudios que se suelen realizar en los fiordos chilenos son el monitoreo de mamíferos marinos como los delfines chilenos y australes, así como fauna terrestre, oceanografía, biodiversidad bentónica y meteorología.

Los fiordos chilenos se ven amenazados por la agricultura, la cual arroja sustancias al agua que provocan cambios en su nivel de nutrientes favoreciendo la proliferación de algas nocivas, por el cambio climático y la pesca desmedida. Debido a su importancia, actualmente existen programas para su protección y conservación.