La historia de la Iglesia de Dalcahue


El archipiélago de Chiloé, situado al sur de Chile, presenta rasgos especiales que lo diferencian del resto del país. Una cultura y arquitectura derivados de su aislamiento, donde destacan sus iglesias, que han perdurado en el tiempo a pesar de ser construcciones hechas de madera.

Estos templos se caracterizan por ser muy grandes, debido a las masivas peregrinaciones que se producen. Antiguamente, los jesuitas que evangelizaron la zona cruzaban constantemente de isla en isla durante sus misiones. Esto se volvió tradición y hoy en cada fiesta religiosa se acostumbra cruzar entre islas del sector, para luego albergarse en alguna de las tantas iglesias de la Isla Grande de Chiloé.

 

Dalcahue y la Región de los Lagos

 

La Región de Los Lagos está ubicada en el centro-sur de Chile con capital en Puerto Montt. Se pueden distinguir dos grandes sectores, separados por el Canal de Chacao: el sector norte -que corresponde a las provincias de Osorno y Llanquihue- y el sector sur -con Palena y el Archipiélago de Chiloé– donde existe gran cantidad de islas, fiordos y canales.

Por otra parte, la Región cuenta con una flora y fauna muy atractivas para su observación. Dispone de vastas extensiones de terreno sin explotar por el hombre, donde paisajes tan dispares como el mar, los bosques, lagos y montañas se encuentran muy próximos entre sí.

 

La ciudad de Dalcahue

 

Situada en la Provincia de Chiloé, es conocida en mapudungún como “lugar de Dalcas”, embarcaciones de tres tablones usadas originalmente por los Chonos. Fue fundada como pueblo indígena en el siglo XVIII con los nombres de capilla Dalcahue y Astillero Dalcahue, siendo habitada por los huilliches.

En 1828 comienza a funcionar en la ciudad un aserradero de los más modernos de la época en Sudamérica.

En la comuna se encuentra el canal de Dalcahue que conecta con la Isla de Quinchao a través de barco.

Sus principales actividades económicas son el comercio, el turismo, la industria procesadora de productos marinos y la agricultura. En los últimos tiempos se ha desarrollado un creciente movimiento de transporte y comercio de productos marinos.

Dentro de la arquitectura de la ciudad destaca la Iglesia Dalcahue, una construcción de madera del siglo XIX considerada como una de las más antiguas de la región.

 

La Iglesia de Dalcahue

 

La iglesia Nuestra Señora de los Dolores de Dalcahue es uno de los dieciséis templos chilotas declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.

Fue construida en el año 1858 y es de estilo neoclásico. Su estructura interior se distribuye en tres naves, construidas principalmente en madera de ciprés, alerce y ulmo, mientras que el exterior está revestido con tejuelas de alerce. Además de destacar por el gran tamaño de su planta (38,4 metros de largo por 17,1 metros de ancho) y la altura de su torre, el edificio presenta un singular pórtico de nueve arcos con seis en punta, dos remontados y el central, de medio punto.

Esta iglesia se encuentra ubicada en la Plaza de Armas de la ciudad desde donde se tienen unas magníficas vistas del canal que la separa de la Isla de Quinchao.

La iglesia Dalcahue constituye un valioso ejemplo de la Escuela Chilota de Arquitectura en Madera. Su método se basa en el uso de grandes piezas de madera ensambladas, facilitando el armado y desarmado de la edificación.

En el año 2013 se llevó a cabo una restauración integral de la iglesia, analizando en forma individual cada pieza de madera para determinar su estado de conservación. Se instalaron nuevos cimientos de hormigón armado, en reemplazo del antiguo sistema de piedras apoyadas sobre el suelo, que ponía en riesgo la estabilidad de la estructura.

Lamentablemente, por temas de presupuesto, se reemplazó el tejado original de alerce por un techo de cinc, con todo el daño que esto significa para una iglesia que es Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, se dice que será provisorio.

Después de 2 años de trabajo, la iglesia reabrió sus puertas el 12 de septiembre de 2015, convertida en un inmueble más resistente y seguro para las personas, conservando además su modelo de construcción tradicional y obteniendo en todas las estancias de la iglesia una gran luminosidad.