Si existe un lugar en el mundo que mezcle a la perfección la belleza de una naturaleza y geografía únicas con una enorme riqueza mitológica transmitida de boca en boca y generación tras generación, éste es, sin duda, la famosa Isla de Chiloé.
Ubicado en el sur de Chile a 1.200 km de Santiago aproximadamente, específicamente en la Región de Los Lagos, el archipiélago Chiloé se compone por alrededor de 40 islas: la principal y de mayor tamaño es conocida popularmente como Isla Grande de Chiloé.
Numerosos son los personajes y las historias que habitan la mitología de la isla: hablar de todos ellos tal vez es una tarea imposible, ya que al ser transmitidos principalmente de forma oral, son muchas las versiones que van naciendo y cambiando dependiendo del lugar y del relato de las personas que las cuentan.
Para que te hagas una idea, a continuación te compartimos una de las leyendas más populares de la isla. Presta atención.
Trentren y Caicai Vilu: dos seres mitológicos de Chiloé
Trentren y Caicai Vilu son dos serpientes gigantes que habitan en los alrededores de Chiloé. Mientras Trentren vive en la tierra y se preocupa por el bienestar de los seres humanos protegiéndolos de las desgracias, Caicai Vilu es su contraparte: vive en las profundidades marinas y desde ahí odia a los humanos.
Cuenta la leyenda que Caicai Vilu se presentó por primera vez para anegar valles y llanuras, haciendo que árboles y animales quedaran bajo el agua del océano. Fue en este momento en el que Trentren hizo subir la tierra para mantener a salvo a las mujeres, hombres y niños del desastre natural provocado por Caicai Vilu.
El enfrentamiento entre ambos en vez de terminar ahí se extendió por un larguísimo tiempo. Finalmente, Trentren se impuso sobre Caicai Vilu para mantener a salvo a los humanos, pero la forma de la tierra no volvió nunca a ser la misma después del desastre provocado por la malvada serpiente.
Es así como el conflicto entre Trentren y Caicai Vilu viene a explicar, quizás, la particular geografía del archipiélago Chiloé con sus 40 islas desperdigadas en el mar.
Qué visitar en Chiloé
Dejamos de lado la mitología de Chiloé para hablar de los destinos que se pueden visitar. Panoramas hay cientos y muy variados: lagos, bosques, pueblos, fiestas costumbristas, mercados, iglesias y caletas, por mencionar sólo algunos. En esta ocasión nos centraremos en lugares que ningún viajero debería dejar de visitar, sobre todo si es su primera vez en este maravilloso conjunto de islas.
Ancud
Cercana al canal de Chacao, es la puerta de entrada a la isla grande para los viajeros que llegan desde Puerto Montt. Lugares imperdibles de la ciudad son, por ejemplo, el Fuerte de San Antonio con una vista panorámica del entorno y la Plaza de Armas con sus esculturas en roca de los seres mitológicos más importantes de la cultura chilota.
Castro
Es la ciudad más grande de Chiloé. Icónicos son sus palafitos: casas construidas en altura sobre pilotes de madera y a la orilla del mar. Su particular arquitectura es para poder resistir las bajadas y subidas de la marea.
Otra postal de la ciudad es la iglesia San Francisco de Castro. Destaca por ser una de las más grandes de la isla y por la belleza de su arquitectura y la nobleza de su construcción: está hecha íntegramente de madera.
Cucao
Imperdible es este pequeño poblado ubicado en la costa poniente de la isla. Cercano al lago Huillinco, dentro de sus atractivos destaca su extensa y bella playa de arena y piedras, lugar perfecto para apreciar la inmensidad del Océano Pacífico y, por qué no, calzarse el traje de baño y probar sus refrescantes aguas.
El Muelle de las Almas es otra atracción de Cucao que está ubicada al sur del poblado. Construído el año 2005 por el artista chileno Marcelo Orellana, es considerado uno de los atractivos turísticos más importantes de la isla y una vista al mar que no podrás olvidar fácilmente. Ideal para sacar fotografías imborrables.
Quellón
Se ubica en la parte sur de la isla y se comunica con la continental ciudad de Puerto Chacabuco a través de un ferry. Es conocido como el “último pueblo de Chiloé”, lugar donde termina la carretera Panamericana que nace en Alaska.