Muelle histórico: Un clásico de una visita a Puerto Natales


Antesala a los glaciares Balmaceda y Serrano, además de parada obligatoria en el camino hacia el Parque Nacional Torres del Paine, Puerto Natales es una ciudad imperdible para quienes visitan la Patagonia chilena. Vale la pena hacer una pausa en el itinerario de viaje y dedicar un tiempo extra a recorrer sus apacibles calles llenas de historia, privilegiadas por un extraordinario escenario natural.

 

Puerto Natales

Ubicada en la tierra ancestral de los pueblos Kaweskar y Tehuelches, esta ciudad fue fundada oficialmente en 1911. Posee una larga tradición de vida nómada, de navegantes e intentos del hombre europeo por lograr conquistar su indómita naturaleza.

Las primeras expediciones españolas que llegaron a la zona datan de mediados del siglo XVI. En ese entonces, el área fue bautizada como Última Esperanza, en el contexto de un infructuoso intento de una expedición liderada por Juan Ladrillero de encontrar una ruta hacia el Estrecho de Magallanes.

A comienzos del siglo XIX, navegó las aguas de sus gélidos canales la famosa expedición del bergatín británico HMS Beagle. Esta travesía alrededor del mundo, dirigida por el comandante Robert FitzRoy, contaba entre sus tripulantes con el famoso naturalista inglés Charles Darwin.

Sin embargo, no fue sino hacia fines del 1800 que Puerto Natales comenzó a consolidarse definitivamente como ciudad. La posibilidad de iniciar diversas industrias en torno a la explotación ganadera atrajo el interés de colonos alemanes, croatas, británicos y españoles quienes, en conjunto con habitantes de localidades como Chiloé, dieron vida a una época de intensa actividad económica.

 

Historia del Muelle Histórico

 

El Muelle Histórico de Puerto Natales, también conocido como Muelle Braun & Blanchard, fue construido por la compañía del mismo nombre, uno de los mayores grupos económicos de la zona a principios del siglo XX. En el período del gran auge de la industria ovina y bovina, este muelle estaba destinado a embarcar los diferentes productos obtenidos del trabajo en las estancias.

En la década de 1920, un levantamiento de obreros que protestaban en busca de mejores condiciones laborales terminó incendiado las instalaciones de Braun & Blanchard, entre ellas sus bodegas y el famoso muelle. Tanto los almacenes como el embarcadero fueron reconstruidos, permaneciendo algunos años más en funcionamiento hasta el declive de la explotación a gran escala. En la actualidad, solo se mantienen en pie los pilares del antiguo muelle, símbolo de la época de oro del tráfico ganadero.

 

Un lugar especial para el avistamiento de aves

 

Situado frente a la Península Antonio Varas, hoy en día es posible avistar en el Muelle Histórico una gran diversidad de aves migratorias y de especies propias de la fauna patagónica. Patos cormoranes, flamencos, cisnes coscoroba y de cuello negro, ofrecen un hermoso espectáculo a quienes visitan esta parada ineludible en el Seno de Última Esperanza.

Este privilegiado paisaje invita a todos quienes lo contemplan a maravillarse con las tonalidades del cielo austral. Clásica postal fotográfica de la zona, destaca por las cristalinas aguas del canal Señoret que comunican el Golfo Almirante Montt con el Fiordo de Última Esperanza. Enmarcado por cerros andinos cubiertos de agreste vegetación patagónica, e incluso nieve durante gran parte del año, es sin duda un clásico que ningún viajero debe perder la oportunidad de visitar durante su paso por Puerto Natales.