El sur de Chile es sinónimo de paisajes idílicos, naturaleza indómita y sabores que cautivan a los más exquisitos paladares. En el extremo austral del país, uno de los puntos culinarios más aclamados del último tiempo ofrece una experiencia digna de los mejores restaurantes del mundo, y es que la gastronomía de Puerto Natales tiene mucho por ofrecer a quienes llegan hasta sus tierras año a año.
Este enclave portuario, capital de la Provincia de Última Esperanza, ha sido epicentro de la actividad culinaria de los últimos años. De hecho, en 2016 el Círculo de Cronistas Gastronómicos reconoció a la ciudad como Destino Gastronómico Destacado, gracias a su variada oferta culinaria. A propósito, ¿conoces cuáles son los principales atractivos en torno a la gastronomía de Puerto Natales?
Sabores que cautivan
Productos como el calafate, la centolla o el cordero magallánico son solo algunos de los protagonistas de la cocina local. Recetas que surgen de la tradición ancestral traspasan las barreras temporales y, de la mano de chefs a cargo de las cocinas de los principales restaurantes de la zona, llegan a la mesa de los comensales que arriban hasta este rincón del mundo en busca de nuevas experiencias y el contacto con la naturaleza.
Entre las principales alternativas culinarias de Puerto Natales se encuentra El Caminante (Miraflores #605), un restaurant de clima y ambiente hogareño cuya cocina caliente atrae a quienes buscan probar los sabores propios de la zona.
Y puesto que los productos del mar son una de las especialidades de la gastronomía de Puerto Varas, G Sushi(Carrera Pinto #552) ofrece una atractiva carta de fusión entre comida japonesa y sabores locales. Además de los sabores, uno de los atractivos es que todos los platos se preparan ante los ojos de los comensales, teniendo una experiencia inolvidable.
Para quienes buscan el tan deseado cordero magallánico, el restaurant La Aldea (Barros Arana 132) ofrece -además- delicias como un curry de mariscos y el increíble conejo con salsa de hongos.
Puerto Natales es naturaleza, calor de hogar, paisajes idílicos y gastronomía de primer nivel. Por ello, esa anhelada visita a las Torres del Paine -de la cual la ciudad es su principal entrada- puede convertirse en una experiencia culinaria inolvidable.