Al navegar el Fiordo de las Montañas, encontramos varios glaciares siendo el penúltimo de ellos el Alsina, una escarpada lengua de hielo que baja de las montañas hasta el mar en una pequeña bahía protegida de los fuertes vientos. Aquí bajamos los botes de exploración y nos internamos por unos pequeños canales de baja profundidad y de abundantes algas y piedras que los marineros de Skorpios navegan hábilmente. Ya en el interior de esta bahía, vemos este pequeño pero imponente glaciar de gran colorido celeste, azul y blanco, nos muestra sus grietas y torres de hielo y si la suerte nos acompaña veremos en primera fila un desprendimiento.
Al apagar los motores por un corto tiempo, podemos escuchar el tintinear de los hielos en el agua y ese ruido fuerte que se percibe de los hielos en el interior del glaciar.
Este glaciar nos enmudece y nos llama a cuidar el planeta, ya que al medio de su frente ya figura una roca dándonos a conocer que próximamente este glaciar entrará en su fase terminal. De nosotros depende del tiempo en que ocurrirá, si cuidamos el planeta y evitamos el calentamiento global, quizás los hijos de nuestros hijos puedan ver esta maravilla de la naturaleza.