La historia tras la conquista española de Castro


La historia de todos los países de América Latina ha estado cargada por la llegada de colonias europeas que significaron un gran choque cultural entre los habitantes indígenas y los grupos extranjeros, trayendo diversas consecuencias que se pueden ver hasta el día de hoy.  El idioma, algunos alimentos, costumbres, organización política y arquitectura son algunos de los legados que dejó la llegada de los españoles y otras colonias migrantes a Chile.

En particular, los españoles tenían la idea de expandir su influencia por la mayor cantidad de territorio posible, lo cual los llevó hasta la isla de Chiloé, donde decidieron que la ciudad de Castro sería el lugar más alejado al que llegaría el reino español. De esta manera, llegaron a colonizar en el año 1567, en una expedición liderada por Martín Ruíz de Gamboa, para así tener más control al sur del continente y poder evitar posibles asentamientos de otros reinados.

Junto con ellos llegaron también misiones franciscanas y jesuitas que serían una gran influencia en toda la isla al construir iglesias en las distintas ciudades y pueblos, con el fin de evangelizar a la población.  Estos edificios seguían una línea arquitectónica muy similar, con tejuelas, trabajo en madera y pinturas coloridas que las llevaron a ser uno de sus principales atractivos hasta el día de hoy, siendo consideradas Patrimonio de la Humanidad por UNESCO.

Los indígenas, por otra parte, se resistieron a la colonización defendiendo sus costumbres y tradiciones, siguieron trabajando la madera, recolectando productos del mar y viviendo en sectores costeros. La colonia hispana estaba demasiado alejada del resto, por lo que su comunicación era esporádica y se encontraban siendo un pequeño grupo aislado frente a lo que ocurría en el continente.

Los ataques de piratas holandeses contra la corona española, los desastres naturales como terremotos y marejadas y la expulsión de las otras colonias europeas por parte de los indígenas que reclamaban su territorio en los otras partes del sur de Chile, terminaron por debilitar las fuerzas de la colonia en la ciudad de Castro, que además vio como Ancud empezaba a formarse, perdiendo así poder administrativo. Es de esa manera que la ciudad empezó a crecer con más autonomía, centrándose en la pesca, agricultura, trabajo en madera y artesanía, lo que se traduciría en un crecimiento de población significativo.

Actualmente, Castro es una de las ciudades más visitadas y reconocidas por los turistas del archipiélago de Chiloé, ya que es el reflejo de toda la cultura y tranquilidad de la isla más algunos toques de modernidad. Pasear por sus calles es disfrutar de la arquitectura clásica de sus casas coloridas con tejuelas, de los palafitos frente al mar, restaurantes de gastronomía típica, hoteles de lujo, entre otros atractivos. Además, al ser la capital provincial, desde ahí se puede ir a todos los lugares de la isla gracias a su buena conexión de transporte.

De igual manera, en todo Chiloé se pueden apreciar los vestigios de la época e influencia colonial. Ya sea al dar una vuelta por las iglesias o visitando los fuertes emplazados en lugares altos, esta mágica isla te permitirá transportarte en el tiempo y conocer más acerca del patrimonio cultural que forma parte de la historia de Chile.