Los Selk’nam y el mar: una relación unida por los cetáceos


El extremo sur de Chile se caracteriza tanto por sus maravillosos paisajes como por sus bajas temperaturas, fuertes vientos y constantes precipitaciones, por lo que llama mucho la atención que algunos pueblos originarios lograran sobrellevar todas estas adversidades con mucha naturalidad y que hayan forjado sus propias costumbres, tradiciones y cultura en medio de la Patagonia.

Es ahí donde encontramos a los Selk’nam, quienes, junto a los Yáganes y los Kawashkar, fueron los que ocuparon una parte importante de la Tierra del Fuego. Allí, cada familia tenía su propio territorio (haruwen) y solo permitía parientes que estuvieran ligados por sangre, linaje o matrimonio.

 

La relación de los Selk’nam con los cetáceos

 

Sus vestimentas estaban hechas con pieles de guanaco y lobo de mar, así como también sus chozas, que utilizaban por tiempo breve, ya que se movían según la búsqueda de animales para alimentarse. Sin embargo, encontrar una ballena varada tenía todo un significado para este pueblo originario.

En primer lugar, este evento era visto como una gran fuente de carne y grasa que les permitía abastecerse. El trabajo era dividido entre los miembros y mientras algunos se dedicaban a cortar y almacenar la comida en pozas de agua salada o manantiales, otros se dedicaban a crear utensilios y herramientas para utilizar en su vida cotidiana. Crearon peines de las barbas de ballena y de huesos de delfín, puntas de lanzas para la caza y lazos para capturar guanacos y aves principalmente.

Además, encontrar un cetáceo en estas condiciones significaba un rito de unión y trabajo en equipo, donde toda la tribu participaba y recibía alimento. Es por esto también que uno de sus principales ritos de iniciación llamado Hain, que está relacionado con el paso de la niñez a la adultez de sus miembros, podía comenzar con el hallazgo de una ballena varada, debido a que les permitía poder estar meses asentados en un mismo lugar haciendo la preparación de la nueva generación.

De igual manera, se cree que algunos espíritus de los Selk’nam como Xalpen y Tanu estarían ligados a la forma de una ballena.

Es así como encontrar una ballena varada se convirtió en un motivo para asentarse, empezar ritos y relacionarlos con su propia espiritualidad para este pueblo originario que, sin tener muchas habilidades en la navegación, le fue entregando todo un significado a la naturaleza y, especialmente, a los cetáceos.